"El programa Científic@s en Prácticas es una experiencia única aunque no vayas a trabajar en ciencia."
Publicado el 05 de Julio de 2024

I.Diego. 04/07/2024

Introducción

Científic@s en Prácticas es una iniciativa conjunta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Asociación Española para el Avance de la Ciencia (AEAC), en la que colabora la Red Sanitaria de Responsabilidad Social y Sostenibilidad (RSRS) que proporciona a alumnado de ESO la oportunidad de realizar estancias de 5 días en grupos y laboratorios de investigación, participando en sus trabajos y conviviendo con sus componentes.

Asturias se ha sumado por primera vez a este programa en el curso 2023-2024. Durante la tercera semana de junio alumnado de 3º ESO entusiasmado por la ciencia del IES La Corredoria, IES Bernaldo de Quirós e IES Mata Jove convivieron durante una semana con grupos de investigación en el Centro Oceanográfico de Gijón (IEO-COG), Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR), y el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA).

A finales de junio nos pasamos por el IES La Corredoria para hablar sobre los resultados de esta experiencia piloto con los 9 alumnos y alumnas que participaron en el programa, sus profesoras y una de sus tutoras científicas.  Nos reciben Elsa Menéndez Menéndez, profesora de Física y Química, Alba Ramos Matey, profesora de Matemáticas y Esperanza Rodríguez Yanes, profesora de Biología, que han facilitado este encuentro con el alumnado. De camino al aula nos comentan que tras recibir la propuesta del coordinador del programa, hicieron una presentación por las clases de 3º ESO para dar a conocer el programa y los grupos de investigación en los que iban a poder hacer la estancia. Dado que el número de plazas era limitado, el alumnado interesado tuvo que presentar su candidatura en un vídeo de 1 minuto que fueron valorados por un jurado compuesto por profesorado del centro, una investigadora del INCAR y el autor de esta entrada.

Los nueve alumnos seleccionados fueron Tania, María, Aitana, Miriam, Rocío, Lucas, Borja, Paula y Mateo, que ya nos estaban esperando en una de las aulas vacías del instituto para contarnos qué ha supuesto esta experiencia para ellos con la memoria fresca porque las estancias habían finalizado el viernes de la semana anterior a la realización de este encuentro. Se nota cierto nerviosismo en sus caras ya que justo después cruzaremos la calle para asistir a la entrega de diplomas a los participantes en el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR).

 

Primeros pasos en el laboratorio

Todos reconocen que era la primera vez que ponían el pie en un laboratorio de investigación. Paula y Mateo, que se incorporaron al grupo de investigación en Pediatría del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), recuerdan sus sensaciones “La primera sensación al entrar en el laboratorio de genética del HUCA fue que todo estaba muy ordenado, cada uno está en su trabajo y al principio costaba un poco saber donde tenías que ir y organizarte.”

 

Preparando muestras en el laboratorio de génetica del HUCA

Para asegurar un buen aterrizaje en el laboratorio hay un trabajo previo de colaboración entre el profesorado de los centros educativos y los supervisores en los centros de investigación. A este respecto Helena Gil, co-directora del grupo de investigación en Pediatría del ISPA y tutora de Paula y Mateo valora muy positivamente la comunicación con Elsa y Esperanza, sus profesoras: “Yo les doy un diez. Desde el primer momento nos dieron todo tipo de facilidades aunque Jesús Rey (Investigador del CSIC y miembro de AEAC, promotor de la idea original y coordinador del programa) ya nos había preparado el terreno. Lo primero que hice fue hablar con Esperanza para que les transmitiese a las familias un mensaje tranquilizador y que sus hijos iban a estar en un sitio seguro, que no iban a estar expuestos a ningún riesgo de infección.”

 

La relación con los componentes del equipo de investigación

El comentario anterior desvela dos de las funciones principales del supervisor o supervisora asignada que no son otras que velar por el correcto desarrollo de la estancia y evitar prácticas que puedan suponer algún riesgo. No obstante el alumnado ha tenido oportunidad de relacionarse con otros miembros del equipo de investigación, nos comenta Rocío: “Aunque teníamos asignados unos investigadores como tutores un día ibas a visitar a otros componentes del equipo y te enseñaban su trabajo, otro día ibas a hacer unas prácticas con otros. Así que tuvimos la oportunidad de conocer a casi todo el grupo de materiales compuestos del INCAR.“

En este sentido Aitana y Miriam añaden que los cinco días que han pasado en el grupo de investigación en materiales de carbono para aplicaciones en catálisis, energía y medio ambiente (MATENERCAT) también les han servido para darse cuenta de lo dependiente que es un científico de todo el equipo que tiene detrás: ”En el INCAR son tres laboratorios conectados en la segunda planta pero para analizar una muestra había que bajarla al microscopio electrónico de barrido SEM y para llevarla a quemar había que contar con los técnicos. Al final te das cuenta de que un científico no es una persona que trabaja solo encerrado en su laboratorio.“

Minutos más tarde, Helena Gil, una de las tutoras científicas, nos traslada la misma reflexión:Me parece que es una buena manera de que comprendan que ser un científico no es trabajar aislado en un sótano mirando por el microscopio y que necesitas trabajar en equipo con otros compañeros que te ayuden a formular las preguntas adecuadas y encontrar respuestas.”

 

Una herramienta para la orientación profesional

La estancia también les ha permitido conocer de primera mano las trayectorias académicas y profesionales de los investigadores y los técnicos con los han trabajado como refleja este comentario de Rocío: “Nosotras tuvimos suerte de que un día un científico del grupo nos comentó cuál había sido su trayectoria desde el principio de la carrera, el doctorado hasta la actualidad. Y nos dijo que no hacía falta tenerlo todo claro desde el principio.” Estos intercambios se producían también de manera informal tal y como apunta Paula: “Nosotros ibamos a tomar el café con ellos y aprovechábamos para preguntarles todo. Cómo habían llegado hasta allí, qué habían estudiado, y nos dieron consejos muy útiles.”

Esta es una opinión que comparte Helena Gil, que este año participó por primera vez en el programa Científicos en Prácticas:Cuando esta iniciativa llegó al Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias nos pareció una ocasión fantástica para divulgar y acercar la ciencia a la gente más joven. Todos los que acabamos aquí encontramos esa vocación científica mucho más tarde y de una forma más errática y estoy segura de que muchas personas se quedaron por el camino por no saber lo que es este mundo.”

 

El día a día en el laboratorio

Cada día en el laboratorio era diferente y una buena gestión del tiempo era fundamental. Según Rocío: “Había veces que ibas holgado de tiempo pero otros días ibas más apurado porque tenías que estar pendiente de una reacción o de realizar un procedimiento pero nos ibamos adaptando.” Mirian asiente y añade: “A mí me llamó la atención lo mucho que se tarda entre preparar las muestras, analizarlas y llegar a una conclusión.” Daniel incide también en la importancia de la organización: “Yo estuve en el ISPA con otro compañero del IES Bernaldo de Quirós y además de la cantidad de procesos que hay que hacer para llegar al objetivo final nos llamó la atención el cuidado con la organización de muestras.”

Aunque este no fuera un resultado de aprendizaje planificado de antemano, Helena Gil lo recibe muy positivamente: “Me complace mucho que tengan esa percepción porque para nosotros es imprescindible y además es un indicador de que el laboratorio cumple con todos los estándares de calidad.”

 

Alumnado escuchando explicaciones de su tutora en INCAR

Cada jornada de trabajo intercalaba sesiones teóricas y prácticas que les exigieron un alto nivel de concentración durante las cuatro horas diarias que pasaban en el laboratorio. Con respecto a la duración de la jornada, Paula lo tiene claro: “Cuatro horas es un tiempo adecuado porque si fuesen más hay un momento que estás saturado de conceptos nuevos. Es mucha teoría, son cosas complejas y necesitas tiempo para asimilarlo.”

El diseño de un buen plan de trabajo es clave para asegurar que la estancia sea lo más fructífera posible para el alumnado participante.  En el caso del grupo de investigación en Pediatría del ISPA, y dedicada fundamentalmente al estudio de algunas enfermedades minoritarias, Helena Gil nos comenta los objetivos que se marcaron: “La estancia consistió en ver, desde la parte clínica, cómo realizamos el diagnóstico genético en pacientes infantiles con patologías poco conocidas y, simultáneamente, cómo abordamos la investigación de estas enfermedades utilizando modelos animales (sobre todo de ratón), que reproducen estas enfermedades de forma muy similar al ser humano y nos permiten estudiar sus bases moleculares e identificar posibles futuras dianas terapéuticas. Aunque yo fui su tutora esto fue una labor de equipo. Somos muchas personas en el laboratorio las que asumimos la responsabilidad y la acogida del alumnado. Intentamos ir desde lo más sencillo a lo más complejo a ver hasta donde podíamos llegar combinando las dos dimensiones. Yo asumí la parte teórica para que fueran adquiriendo conocimiento de una forma más enfocada a la investigación viendo cosas de diagnóstico genético-clínico, rutinas. Otros compañeros del laboratorio se encargaron de la dimensión técnica o manual.”

 

Aprendizajes

El plan de trabajo tenía como objetivo que el alumnado adquiriese conocimientos relacionados con alguna de las líneas de investigación que se desarrollan en el laboratorio receptor pero ¿Qué han estado haciendo específicamente? Rocío vuelve a tomar la palabra: En el INCAR estuvimos haciendo un xerogel de carbono que se utiliza para hacer baterías sostenibles o meter en sensores.” A lo que Mirian añade: “En nuestro grupo esos geles se utilizaban para hacer baterías de hierro pero sobre todo estaban trabajando en unas tintas para detectar contaminantes en agua.»

Alumna manejando microscopio de efecto túnel en CINN

El manejo de instrumental ha sido otro de los puntos fuertes de la estancia según Tania y María: “Nosotras en el CINN estuvimos preparando muestras para medir superficies y ver los átomos de oro con un microscopio de efecto túnel que llevaba una cámara acoplada y después analizábamos los datos con un programa de ordenador. Buscábamos unas moléculas concretas en la superficie del oro”

Durante la conversación nos resultó pasmosa la claridad y el vocabulario empleado para explicar lo que habían aprendido. Paula: “En el laboratorio de genética nos tomaron muestras de ADN y luego vimos el recorrido para analizarlo. Primero lo pusimos en geles para compararlo con muestras de otros chicos que hacían prácticas, pacientes. Y luego vimos las secuencias Sanger, el ADN mitocondrial y ver las variaciones que había entre nosotros.” Mateo: “Yo estuve en ese mismo laboratorio y aprendimos a hacer electroforesis, PCR, a preparar primers y a leer secuencias.”

No hay que olvidar que buen parte de los conceptos y técnicas con los que se tuvieron que familiarizar no se tocan en 3ºESO como nos recuerda Helena Gil: “Tuvimos a dos chicos de 3ºESO del IES La Corredoria, Paula y Mateo, y me sorprendió sobre todo la ilusión prudente con la que afrontaron el trabajo. Aunque en 3º ESO no se tocan temas de genética, Esperanza, su profesora de Biología, les procuró información y unos videos y me abrumó su capacidad para aprender de forma autodidacta.”

Este comentario de Aitana denota que su paso por el laboratorio tambíen ha sido útil para familiarizarse con formatos habituales para dar a conocer los resultados de la investigación, un aspecto clave del trabajo científico: En nuestro laboratorio las tesis estaban plasmadas en pósters que fueron muy útiles para comprender mejor determinadas explicaciones. “

 

Una experiencia única aunque al final no te dediques a la ciencia

La conversación estaba siendo muy agradable pero apenas quedaban 15 minutos para que comenzase el acto de clausura el Instituto del Carbono así que a modo de cierre les preguntamos por qué recomendarían a otros estudiantes participar en este programa. “Es una experiencia única. Probar lo que vas a hacer es una oportunidad que nadie tiene porque generalmente la gente escoge una carrera un poco a ciegas.” comenta Paula.“Además aprendes muchísimo aunque al final no te dediques a la ciencia.” añade Rocío.

Cerramos con un comentario de Helena Gil que refleja que el programa también tiene un impacto positivo entre los investigadores que participan en él: “Yo tenía un poco de miedo a cómo comunicarme con gente de otra generación pero todo resultó muy cómodo y fluido y, al contarles las cosas y ver su entusiasmo, de alguna manera sentí que recuperaba la ilusión por la investigación.”

 

Epílogo

Con esta entrada queríamos reflejar el lado más humano de este programa plasmando las experiencias y sensaciones de todas las partes que intervienen en el programa Científic@s en prácticas al que esperamos que se puedan incorporar más centros educativos asturianos en la próxima edición.
 

Para saber más

https://cientificosycientificasenpracticas.es/proyecto/

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