Autor: Iván Diego
Son muchos los países que apuestan por el diseño y realización de investigaciones científicas en el aula como una de las mejores maneras para desarrollar la competencia científica del alumnado. En todas estas propuestas el profesorado de ciencias desempeña un papel fundamental del que se derivan una serie de exigencias tales como:
Sin embargo, el profesorado sigue teniendo dificultades para integrar las actividades de investigación en el aula. Amén de los consabidos retos que este tipo de actividad supone en el plano metodológico y organizativo (currículos sobrecargados, rigidez de horarios, entornos de aprendizaje poco adecuados), algunos autores apuntan también a la falta de experiencia investigadora del profesorado de ciencias.
En países del ámbito anglosajón se han adoptado dos medidas principalmente para paliar estas carencias:
1. Potenciar el acceso a la profesión docente de personas con experiencia previa en el ámbito de la investigación.
2. Ofertar estancias formativas en centros de investigación para profesorado en activo.
Potenciar el acceso a la profesión docente a personas con experiencia previa en el ámbito de la investigación.
Esta solución asume que las personas que han completado un doctorado o que han trabajado en el ámbito del I+D+i, están familiarizados con los procesos de investigación y prácticas científicas, por lo que les resultará más fácil trasladar las prácticas de modelización, indagación y argumentación al aula. En Asturies no hemos podido localizar estadísticas precisas sobre el porcentaje de profesorado de ciencias con este perfil, pero los datos de la encuesta sobre la profesión docente en Australia, revelan que sólo el 0,8% del profesorado de Ed. Secundaria había completado un doctorado en una disciplina no relacionada con la educación. En cualquier caso quedaría por dilucidar si la premisa es válida ya que esa experiencia previa no tiene porque estar asociada con un mejor conocimiento didáctico del contenido.
Ofertar estancias formativas en centros de investigación para profesorado en activo
Otra respuesta habitual ha sido facilitar experiencias de investigación al profesorado en activo. Estos programas ofrecen al profesorado estancias de corta duración en laboratorios y centros de investigación. El número de docentes implicados suele ser reducido y las estancias suelen desarrollarse en verano con una duración de 1 semana a 3 meses. Esta fórmula os resultará familiar a algunos puesto que guarda muchas similitudes con las estancias en empresa para profesorado de FP.
Durante estas estancias el profesorado observan el día a día del personal investigador y participa también activamente en procesos y procedimientos para generar y compartir conocimiento (ej. seminarios de investigación). En teoría estas experiencias permiten al profesorado actualizar sus conocimientos sobre ciencia a nivel conceptual (contenidos), procedimental (herramientas, prácticas) y epistemológico (naturaleza de la ciencia) al tiempo que refuerzan su identidad profesional y su confianza en la capacidad para trasladar esta experiencia a su práctica docente, lo que en último término contribuye a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación de alguna de estas experiencias apunta a dos aspectos clave para obtener impactos significativos en la práctica docente. Por un lado, la investigación nos dice que cuantas más experiencias de este tipo, mayor impacto. Por otro, y quizás más importante, los programas con mejores resultados son aquellos que reservan tiempo para que el profesorado reflexione y considere las conexiones entre su estancia y el trabajo en el aula.
Lo que buscamos con esta entrada no es más que poner el tema encima de la mesa y generar un debate en el que participen todas las partes interesadas y resolver los no pocos dilemas que nos plantea: ¿Estamos empezando la casa por el tejado? ¿Se han llevado a cabo experiencias similares en otras comunidades autónomas? ¿Hasta qué punto es factible? ¿Qué opina el profesorado? ¿Y los centros de investigación ubicados en nuestra región? En definitiva, ¿es una buena idea o una locura total?
Muchas de las opiniones vertidas en esta entrada se nutren de la lectura de estos cuatro artículos que profundizan en mayor detalle en la cuestión.
Capps, D.K., Crawford, B.A. Inquiry-Based Instruction and Teaching About Nature of Science: Are They Happening?. J Sci Teacher Educ 24, 497–526 (2013). https://doi.org/10.1007/s10972-012-9314-z
Doyle, K. M. H., & Vale, R. D. (2013). Creating opportunities for science PhDs to pursue careers in high school education. Molecular Biology of the Cell, 24(21), 3292-3296. https://doi.org/10.1091/mbc.E13-08-0435
Krim, J. S., Coté, L. E., Schwartz, R. S., Stone, E. M., Cleeves, J. J., Barry, K. J., Burgess, W., Buxner, S. R., Gerton, J. M., Horvath, L., Keller, J. M., Lee, S. C., Locke, S. M., & Rebar, B. M. (2019). Models and Impacts of Science Research Experiences: A Review of the Literature of CUREs, UREs, and TREs. CBE—Life Sciences Education, 18(4), ar65. https://doi.org/10.1187/cbe.19-03-0069
Rushton, E. A. C., & Reiss, M. J. (2019). From science teacher to ‘teacher scientist’: Exploring the experiences of research-active science teachers in the UK. International Journal of Science Education, 41(11), 1541-1561. https://doi.org/10.1080/09500693.2019.1615656