Soy maestro especialista en Inglés con 12 años de experiencia en la formación reglada. En estos momentos soy. tutor de 2ºESO y desde 2015 coordino las acciones vinculadas al proyecto Samsung Smart School en el CRA de Villayón.
El CRA de Villayón es un centro donde la educación STEM tiene un peso importante. ¿Cómo empieza todo?
El punto clave es la participación en 2014 en el proyecto Samsung Smart School. En ese momento el centro ha venido apostando de manera decidida por la tecnología y por las metodologías activas. El proyecto incluía formación de profesorado impartida por el Ministerio de Educación y las conexiones con la educación STEM surgen en uno de esos cursos, concretamente en uno sobre espacios educativos que motivó una reflexión a nivel de centro y decidimos vincular los espacios educativos a la enseñanza de la matemáticas.
De algún modo la Tecnología pasa de ser un fin en si misma para convertirse en un vehículo para desarrollar la competencia matemática. Es un salto conceptual muy interesante.
Como te decía se produce una reflexión porque veíamos que todas las innovaciones que estábamos introduciendo estaban muy centradas en la competencia lingüistica y digital y la competencia matemática parecía que no tenía cabida en estos proyectos. Fue un reto que nos planteamos ¿Por qué no con las matemáticas? Un poco por empeño y porque no queríamos dejarla a un lado.
¿Qué supuso llevar esa reflexión a la acción?
Diseñamos y desarrollamos un proyecto para crear espacios destinados a las matemáticas. Creamos rincones donde hay ángulos en el suelo, escaneas un código QR que te lleva a un vídeo en el que los niños mayores enseñan a los más pequeños algo relacionado con las matemáticas. Todo esto implica el desarrollo de la competencia matemática pero también de competencias digitales y del ámbito artístico. Eso evoluciona y al año siguiente creamos el proyecto “Juegos Matemáticos” y aquí entra la programación por Scratch.
Curiosamente en los proyectos STEM las matemáticas también quedan relegadas a un segundo plano, quizás porque se dan por hecho. Es como si las matemáticas fueran un mundo aparte. De hecho en las formaciones STEM hay muy poco profesorado de matemáticas
Probablemente lo que pasa es que las matemáticas tienden a tener una metodología muy tradicional, a optar por métodos muy magistrales. Yo doy matemáticas y procuro introducir temas de Flipped Classroom pero al final no deja de ser una enseñanza magistral. Es muy difícil darle otro sentido. Yo lo veo complejo metodológicamente.
Se trata de pasar de enseñar matemáticas con un enfoque muy procedimental a enseñar cómo pensar matemáticamente.
Sí, pero ahí luchas constantemente contra el currículum. Por ejemplo los estudiantes de 1 ESO tienen dificultades para aprender a resolver ecuaciones y al final como profesor te centras en eso porque sabes que se lo van a exigir en cursos posteriores.
El currículum condiciona pero entiendo que en estos proyectos tienen encaje en las programaciones ¿Cómo ha sido ese proceso? ¿Hay oportunidades?
En el proyecto “Juegos Matemáticos” nuestra estrategia fue seleccionar contenidos que podíamos repasar a través de juegos. En “Espacios Matemáticos” lo que hicimos fue un pequeño proyecto de aula invertida que nos permitiera liberar tiempo en el aula para hacer trabajo más práctico. Fuimos eligiendo contenidos del currículum y adaptándolos pero no le dimos un enfoque metodológico muy diferente al de las clases tradicionales.
La adopción de herramientas TIC y la configuración de nuevos espacios de aprendizaje tiene que ir de la mano de un cambio metodológico ¿En qué metodologías os estáis apoyando?
En mi caso en el Aprendizaje Basado en Proyectos pero no lo aplico de manera ambiciosa ni diseño grandes proyectos multidisciplinares. Lo que intento es vincular un proyecto a una unidad didáctica y el tiempo que dedicamos a cada uno de ellos rara vez supera el mes.
Muchas veces se da por sentado que estas metodologías plantean una forma más natural de aprender y que por lo tanto el alumnado no tiene dificultades con este cambio metodológico. ¿Qué opinas al respecto?
Cuando empiezas a trabajar con ABP muchos alumnos tienen serias dificultades porque no están habituados a desarrollar y poner en práctica competencias que no se les exigen en un contexto tradicional de aula pero a la larga les hace mejorar mucho.
La evaluación es uno de los tendones de Aquiles y en tu intervención en el curso “Desarrollo de competencias STEAM” subrayaste dos visiones: por un lado la evaluación en aula y por otro evaluación de impacto de proyectos.
A nivel de aula yo incluyo una evaluación final de carácter tradicional aunque procuro apoyarme en herramientas tecnológicas que me permiten dar una retroalimentación más personalizada que un examen tradicional. Además aprovechando que estamos en un CRA me resulta fácil plantear autoevaluaciones y evaluaciones grupales, hablar con mi grupo de alumnos, ver en qué fallamos, qué partes del proyecto no les quedaron claras y podemos mejorar.
¿Dónde te suelen fallar los proyectos en la primera versión que planteas?
Suelen fallar en aclarar qué es lo que pretendo, cuál es el objetivo y sobre todo que el grupo lo entienda como un esfuerzo colectivo no como un sálvese quién pueda. Es importante explicar y resaltar esa conciencia grupal, que tengan claro que esto va a ir bien si todos vamos bien.
Dentro del marco del proyecto Samsung Smart School hubo una investigación exhaustiva para evaluar el impacto en la mejora de las competencias desde el inicio del proyecto. ¿En qué consistía exactamente?
Nos pedían un registro de las calificaciones que iban obteniendo el alumnado implicado a lo largo de los cursos a principio y final de curso y además les trasladábamos nuestra opinión en función de unos ítems predeterminados. Uno de los resultados más interesantes fue que la mejora de competencias había sido mayor en las niñas que los niños. Y nosotros a nivel de centro constatamos una mejora genérica en las calificaciones.
En los proyectos donde la tecnología tiene un peso importante corremos el riesgo de que interpreten que la tecnología es la solución a todos los males ¿Estás de acuerdo?
Yo intento que no sea así. Procuero que hagan un uso crítico de la tecnología. Eso es lo más importante y yo les transmito la idea de que la tecnología facilita el trabajo. Siempre mostrar el beneficio que aportan no hacer por hacer.
Otra de las áreas que estáis explorando es el pensamiento computacional.
Sí, empezamos con Scratch en el proyecto “Juegos Matemáticos” y después dimos el salto a la robótica con unos talleres. En las conversaciones previas con la empresa que iba a impartirlos les dejamos claro que tenían que estar siempre vinculados a las matemáticas y eso conllevó un trabajo de planificación para que el contenido de los talleres se ajustasen a la programación. De este modo cada taller, además de tocar los temas específicos de programación y pensamiento computacional, se planteaba como una oportunidad para repasar contenidos curriculares del área de matemáticas.
¿Hay una estrategia de formación de profesorado a nivel de centro?
Vuelvo al principio. Todo esto es fruto de varios años de trabajo en el proyecto Samsung Smart School que fue una apuesta de centro muy clara. Este proyecto se ha terminado y estamos en la fase de asimilar todo lo que hemos aprendido. Este año nos lo planteamos como un paréntesis, un año para calmarnos un poco y consolidar, dar sentido a todo lo que hemos ido haciendo. Muchas veces nos apuntamos a las modas de manera muy poco reflexiva. Toca gamificación y todos a gamificación pero es importante detenerte por un momento y preguntarte realmente por qué.
Al final han sido varios años de experiencia en el proyecto ¿Con qué te quedas?
Con las bondades de la tecnología y con que he conseguido desarrollar más criterio para seleccionar las que son más adecuadas para los fines que me planteo en el aula. A nivel metodológico, con el ABP pero planteando proyectos pequeños que nos permiten ir poco a poco ir cambiando la metodología.
¿Crees que tendría que haber más colaboración entre los investigadores en didáctica, las facultades de formación de profesorado y los centros educativos?
Creo que tendría que haber un mayor acercamiento entre la universidad y los centros educativos. Son dos mundos distintos. A veces nos llegan estudiantes en prácticas y no conocen la realidad de los centros. Debería haber uno o dos años de contacto, para ponernos cara, reflexionar y conocernos más. Y que no suceda no es culpa de la universidad ni de los centros educativos. Quizás la Consejería de Educación podría actuar como un nexo para poner en contacto estas dos realidades.
Para saber más
El proyecto Samsung Smart School en el CRA de Villayón (pdf)