“Desde la Física y Química les abrimos las cortinas para que empiecen a ver por dónde va la ciencia”
Publicado el 14 de Mayo de 2021

Física, lentejas, Scalextric, arte medieval son algunos de los ingredientes de las propuestas didácticas de Alberto Álvarez y Julián Arias, profesores del departamento de Física y Química en el IES Peñamayor. 

¿Os podéis presentar brevemente y resumir vuestra trayectoria profesional hasta recalar en el IES Peñamayor?

J: Me llamo Julián Arias Aparicio, llevo 3 años en el departamento de Física y Química del IES Peñamayor, al que llegué después de haber estado 22 años trabajando en un centro concertado.

A: Yo soy Alberto Álvarez Álvarez, este es mi tercer curso en el IES Peñamayor. Yo vengo del mundo del I+D+i. Tras hacer la tesis sobre inteligencia artificial pasé por el centro de I+D de Arcelor Mittal y luego recalé en CTIC, donde trabajé en temas de innovación vinculados al análisis inteligente de datos.

Trabajáis de manera conjunta, algo que no resulta fácil en muchos departamentos y centros.

A: Tuvimos mucha suerte porque llegamos los dos a la vez y nos coordinamos desde el principio muy bien. Somos un departamento pequeño y creo que hacemos un buen tándem aprovechando muy bien la experiencia docente que tiene Julián, en combinación con mi conocimiento de la innovación y mi experiencia profesional fuera de la enseñanza.

J: Yo añadiría que hay una serie de recursos en el instituto, como el laboratorio, al que se está dando cada vez más uso. Además, ayuda el hecho de que los grupos no sean demasiado numerosos. Todo esto nos permite combinar las enseñanzas teóricas tradicionales con el trabajo práctico y actividades experimentales en laboratorio.

¿Nos podéis dar un ejemplo?

J: En Ciencias Aplicadas a la Actividad Profesional en 4ºESO hay un bloque de contenido muy relacionado con el I+D+i. Hemos planteado a los estudiantes un pequeño proyecto donde tienen que validar algunas hipótesis sobre la germinación y crecimiento de la lenteja, Lens culinaris, dependiendo de las condiciones del suelo, de riego o el uso de fertilizante; incluso llegamos a contaminar una de las muestras de suelo para ver cuál es la respuesta de la semilla.  Todo ello conforma una experiencia en la que los estudiantes aprenden a tomar datos, a preparar disoluciones, a medir el pH de la tierra, aplicando cálculos básicos,… Llevamos la teoría al laboratorio en un proyecto real.

¿Qué aporta el trabajo en laboratorio a vuestros estudiantes?

J: Sobre todo la contextualización los aprendizajes. Por ejemplo, están hartos de calcular porcentajes, pero no saben aplicarlos en una situación real como puede ser preparar una muestra de 125 g de tierra con 45% de contenido en cal.  La enseñanza en general adolece de falta de contextualización y ahí como profesores tenemos que entonar el mea culpa.

¿Dónde están los principales escollos para plantear más trabajo de laboratorio?

A: Los factores externos que no dependen de nosotros son: recursos materiales, temporales y la ratio, además de las ganas de impulsar actividades de este tipo. Por suerte tenemos un laboratorio moderno y bien equipado, pero además hace falta tiempo y sobre todo tener una ratio de estudiantes baja. Julián tiene 10 estudiantes en el aula y esto facilita hacer cosas que con grupos grandes serían inmanejables porque no puedes prestar a todo el mundo la atención que merece.

Desde el punto de vista metodológico ¿lo teníais así de claro desde que os incorporasteis a la docencia o ha evolucionado vuestra visión?

A: En mi caso llevo sólo tres años en la docencia. El primer año fue de aterrizaje y de supervivencia. Tratar de hacerlo lo mejor posible sin grandes innovaciones tirando mucho de mi experiencia como estudiante. Al año siguiente en 2º ESO nuestra punta de lanza era hacer una hora a la semana en el laboratorio y éramos dos profesores para cada grupo.

¿Por qué en 2º ESO?

A: El currículo de Física y Química en 2ºESO es muy cualitativo, el cálculo no tiene mucho peso, es más de descubrimiento y lo enfocamos por ahí.  La idea era asociar al menos un experimento en cada tema. La experiencia fue muy buena  y antes de la irrupción del coronavirus llegamos a hacer 7 u 8 prácticas en el laboratorio. Los estudiantes estaban muy implicados y fue muy satisfactorio para nosotros.

Instagram del Dpto de Física y Química

Instagram del Dpto de Física y Química

Tenéis una cuenta en Instagram donde vais dando a conocer el trabajo que desarrolláis en el aula.  Además de las prácticas de laboratorio tenéis unos vídeos con los que explicáis conceptos de cinemática y de electricidad a través de un Scalextric.

A: Eso se me ocurrió durante el confinamiento. Permite explicar conceptos que en la pizarra les costaría mucho más entender. Volvemos a la necesidad de contextualizar que comentaba Julián.  Fue una manera de seguir creando contenido para nuestra cuenta de Instagram con lo que tenía en casa. Este año no publico casi nada pero la razón es que apenas vamos al laboratorio.

¿Creéis que los laboratorios virtuales pueden ser una respuesta a la falta de presencialidad?

J: Creo que son un buen complemento al trabajo en laboratorio real.  Los simuladores de Física, como los del proyecto PhET de la Universidad de Colorado,  dan mucho juego, pero quizás es más difícil que el alumnado de edades tempranas les saque provecho de manera autónoma.

Además de no poder ir al laboratorio, ¿en qué otros aspectos ha condicionado la pandemia vuestro enfoque metodológico?

J: Lo que echo en falta es el trabajo en equipo, que se está viendo cercenado por la pandemia. Considero que es esencial que los estudiantes interactúen en pequeños grupos, que aporten y escuchen diversas respuestas a un mismo problema. Esto es una pata importante de la metodología por la que apostamos.

¿Habéis hecho algún curso de formación que os haya influido especialmente?

El curso pasado hicimos uno con Luis Ignacio García González, profesor en el IES La Magdalena de Avilés y autor del blog FISQUIWEB, a través del CPR. Se llamaba “Física y Química. Una propuesta didáctica basada en la experiencia y el descubrimiento” y fue muy fructífero. Ahora estamos haciendo otro que se llama “Química insólita” a través de la UNED.

Química insólita. ¿Cuál es el planteamiento de este curso?

J: El curso consiste en estudiar, analizar y descubrir un montón de experimentos cuyo resultado suele ser bastante llamativo y motivador para el alumnado. Estamos cogiendo ideas para montar un proyecto en el instituto o incluir algunos de estos experimentos como prácticas de laboratorio el curso que viene.

Mi experiencia en el trabajo en laboratorio como estudiante se reducía a seguir una receta para intentar lograr un resultado que ya se sabía de antemano. ¿Es posible evitar esto?

A: Eso es de lo que siempre nos quejamos Julián y yo. El equilibrio entre estos formatos tan pautados y la autonomía total es muy complicado, particularmente en alumnado de 2º ESO.

J: Yo estoy de acuerdo. Les falta autonomía. Justamente en el otro extremo está 2º Bachillerato, donde trabajas con alumnado que sí puede desarrollar pequeñas investigaciones con cierta autonomía, pero el problema aquí es la falta de tiempo.  La experiencia de la que te hablaba antes en Ciencias Aplicadas a la Actividad Profesional  estaría en un punto intermedio. Durante el curso los estudiantes van aprendiendo unas determinadas técnicas de laboratorio estandarizadas, que aplican luego al experimento sobre las variables que afectan a la germinación de la lenteja, cuyos resultados son desconocidos para ellos y también para mí. Creo que eso genera una situación interesante para que profesores y estudiantes vayamos descubriendo cosas conjuntamente.

Me comentabais que habíais detectado una reducción en el absentismo y eso es buena señal de que el alumnado valora positivamente vuestro esfuerzo. ¿A qué creéis que se debe?

J: En el caso de 2º ESO creo que tenemos ventaja sobre otras materias porque parece que al alumnado le resulta mucho más atractiva.  Recuerdo que, en mi primer año aquí, Física y Química era una de las materias mejor valoradas, quizás por el componente práctico que tiene y las conexiones evidentes con el mundo real. Desde la Física y Química les abrimos las cortinas para que empiecen a ver por dónde va la ciencia y cómo pueden explicarse muchos fenómenos de la naturaleza.

¿Habéis observado también comportamientos sorprendentes al poner a determinados alumnos en una situación tan distinta al aula convencional?

A: Algo que me inquieta es ver a buenos estudiantes que se frustran, se bloquean y entran en pánico cuando les planteas algo que no está en el libro, que se escapa a su control.  Me llama la atención la manera de gestionar la incertidumbre por parte de este tipo de alumnado.

¿Leéis con frecuencia artículos sobre didáctica de la ciencia?  

J: Yo sistemáticamente no leo este tipo de revistas. Sí que estoy suscrito a revistas sobre Física que, a veces, incluyen algún artículo sobre enseñanza, y esporádicamente leo artículos de revistas como Eureka (enseñanza y divulgación de las ciencias).

A: Yo como mucho leo la Revista del Colegio de Químicos que llega al instituto y siempre hay un apartado dedicado a la educación, generalmente a experiencias en Bachillerato.

¿Os estáis planteando escribir y publicar alguna de estas experiencias?

J: A este respecto el tutor del curso de “Química insólita” nos sugirió buscar un sitio para publicar uno de los experimentos que presentamos en el curso. Estamos en ello.

A: En mi caso yo sí que había publicado artículos en revistas y congresos científicos antes de pasarme a la docencia y ahora, con la propuesta del tutor del curso, me está empezando a entrar el gusanillo.

Por último, ¿Cuál sería la evolución natural de vuestro trabajo en IES Peñamayor?

J: Este curso hemos hecho una experiencia en colaboración con María Cabezas, profesora de Geografía e Historia, que estaba estudiando en clase el arte medieval. María trabajó como restauradora y, cuando le tocó explicar las pinturas al seco y al fresco, nos sugirió que, desde el departamento de Física y Química, estudiásemos las reacciones del ciclo de la cal, como apoyo para que los estudiantes viesen cómo se hacían estos dos tipos de pintura. Planteamos conjuntamente una clase práctica en 2º ESO en la que, entre otros contenidos, analizábamos una muestra del sustrato de las dos pinturas para ver si llevaba carbonato cálcico o yeso. Creo que es necesario potenciar este tipo de experiencias interdisciplinares para, quizá algún día, poder llegar a trabajar por proyectos.

Gracias por vuestro tiempo y enhorabuena.

 

Para saber más

https://www.instagram.com/navafyq

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