El mito de que solo las personas brillantes son buenas en matemáticas y sus implicaciones para la diversidad
Publicado el 13 de Abril de 2021

Asociar la competencia matemática a un talento o capacidad innata es un mito muy extendido que puede llegar a ser especialmente dañino para los estudiantes, especialmente para las niñas y para los estudiantes de colectivos minorizados.   La interiorización de este discurso  hace disminuir su interés y  su rendimiento académico en matemáticas.  En este artículo publicado en 2018, Eleanor K. Chestnut  y colegas ofrecen estrategias a famlias y educadores para contrarrestar este mito.

¿Se asocian las palabras “genio” o “brillante” a unos grupos más que a otros?

Desafortunadamente, los estereotipos generalizados asocian el talento a determinados grupos culturales. Por ejemplo, Fennema, Peterson, Carpenter y Lubinski encuestaron a maestros de primaria y encontraron que tendían a atribuir el éxito al trabajo duro en el caso de las niñas mientras que en el caso de los niños se atribuía con más frecuencia al talento.

Esta visión altamente estereotipada del talento es particularmente evidente en contextos donde se enfatizan las altas capacidades, como en el aula de matemáticas o en asignaturas que exigen un alto conocimiento de matemáticas (ej. Ciencias).

Imagen: Robert Couse Baker

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¿A qué edad se empieza a asociar el talento como una característica más propia del género masculino?

Los sesgos de género en relación al talento y las matemáticas surgen muy pronto. Cuando se pide a niñas y niños de 5 años que identifiquen a una persona “realmente inteligente”, elegirán a personas de su propio género. Sin embargo, a los 6 años, las niñas comienzan a disociar su género con la inteligencia.

¿Cómo se transmiten estos estereotipos?

El uso del lenguaje y determinados comportamientos por parte de personas en posiciones de autoridad (ej. familias, profesorado y empleadores)  transmiten de manera explícita o implícita la idea de que los hombres son más brillantes que las mujeres.  Las autoras ponen como ejemplo el trabajo de Stephens-Davidowitz  que detectó que los padres tienen aproximadamente el doble de probabilidades de buscar en Google la pregunta «¿Es mi hijo un genio?» que la pregunta «¿Es mi hija un genio?»

Otro comportamiento que puede moldear las creencias de los niños sobre su propia capacidad es la ayuda no solicitada o «intrusiva». El artículo cita el trabajo de Bhanot y Jovanovic. Estos autores descubrieron que los padres con fuertes estereotipos matemáticos y de género eran más propensos a brindar ayuda no solicitada en problemas matemáticos a las niñas que a los niños.

¿Qué podemos hacer para contrarrestar el mito de que las matemáticas son solo para personas brillantes?

Las autoras inciden en cuatro puntos

Enfatizar el crecimiento y el aprendizaje sobre la idea de talento.

Centrar la retroalimentación en los «dones», las “altas capacidades” o la “inteligencia”, los lleva a  creer (1) que no necesitan trabajar duro porque el éxito depende exclusivamente de ser inteligente o no; y (2) que cuando les cuesta resolver un problema, asuman que es porque no tienen la habilidad requerida y que deberían simplemente darse por vencidos.

Promover enfoques ‘abiertos’ de las matemáticas en el aula

Si la enseñanza de matemáticas se centra en enfoques centrados exclusivamente en la memorización y reproducción de conjuntos de reglas puede preparas a los estudiantes para resolver problemas matemáticos de un libro de texto pero no les permitirá transferir sus conocimientos a situaciones desconocidas. Esto provoca que al enfrentarse a problemas que sean ligeramente diferentes a los que están acostumbrados a resolver se sientan confundidos o intimidados y que esto les lleve a pensar que simplemente que las matemáticas no son para ellos.

Exponer a los niños a modelos de referencia diversos

En este punto las autoras lanzan un mensaje de cautela. La selección de modelos de referencia debe hacerse con cuidado y algunos modelos a seguir son más efectivos que otros. Incidir en modelos tipo Marie Curie, cuyos logros van más allá de lo que la mayoría de la gente puede esperar, podrían desmotivar más que motivar. Esto se debe a que a menudo se asume que las mujeres que alcanzan los niveles más altos tienen algún tipo de cualidad especial que las distingue de las demás.[1] Una forma de mitigar estos efectos contraproducentes sería alentar a las niñas a pensar de manera concreta sobre los pasos que tendría que dar para llegar a un lugar similar y cómo podría lograr cada uno de esos pasos

Ser conscientes del lenguaje que empleamos  

Familias y profesorado deberán ser conscientes de los mensajes que transmiten con su lenguaje y comportamiento.  Romper la asociación entre matemáticas y el talento innato, el talento innato y el género o el origen étnico, nos permitirá reparar parte del daño causado por los mitos que vinculan estas nociones en nuestras mentes. Primero, los padres y educadores simplemente podrían evitar describir a los hombres en lugar de a las mujeres como «genios» o «dotados». De hecho, podrían intentar reducir o prescindir del uso de expresiones como “genio”, “talento” ya que pueden alentar a los niños a desarrollar una mentalidad fija sobre la capacidad.

Artículo completo

Chestnut, E. K., Lei, R. F., Leslie, S. J., & Cimpian, A. (2018). The myth that only brilliant people are good at math and its implications for diversity. Education sciences8(2), 65.

Resumen de la autora principal en inglés

The myth that only brilliant people are good at math

Otras referencias

[1] Betz, D.; Sekaquaptewa, D. My fair physicist? Feminine math and science role models demotivate young girls. Soc. Psychol. Person. Sci. 2012, 3, 738–746. 

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