A modo de presentación…
Soy David Artime García, nací en 1983 en Candás. Después de pasar por Colegio San Félix y IES de Candás me matriculé en educación especial en la Facultad de Formación de Profesorado y más tarde hice el grado en Educación Primaria y la licenciatura en Psicopedagogía por la UNED.
Parece que la ciencia y la tecnología no era algo que te interesase académicamente. ¿A qué crees que se debe eso?
Sinceramente, no tuve ese profesor o profesora que despertara mi interés por la ciencia. Sin embargo, sí que tuve profesores de Filosofía que me marcaron. Creo que este aspecto daría para un estudio interesante, el poder ver la relación que hay entre profesores referentes y el porcentaje de alumnado que sigue caminos por esa rama.
¿Y empezaste directamente a trabajar en Primaria?
No. Primero trabajé en el ámbito socio-sanitario con Cruz Roja como auxiliar educador en un Centro de Apoyo a la Integración y luego pasé al equipo de coordinación del programa Apoyo en el Entorno desde el que se proporcionaba soporte a personas con discapacidad. En 2009 saqué la oposición en Castilla y León y en 2015 llegué a CP Llaranes por concurso de traslados.
Háblanos un poco del centro, del barrio en el que está localizado
Es un colegio especial. Se creó para formar a los hijos e hijas de los trabajadores de ENSIDESA, una empresa metalúrgica. Con el paso del tiempo la población de Llaranes ha ido cambiando y a día de hoy tenemos una tipología muy variada de familias. Seguimos teniendo familias que provienen de tradición obrera pero hay también mucha población inmigrante. Esto hace que el centro tenga una diversidad cultural importante a pesar de ser un centro de línea 1 con aproximadamente 130 alumnos.
¿Cuál fue vuestra puerta de entrada en STEAM?
Todo surge de un proyecto medioambiental. Al nuevo equipo directivo nos parecía que estando en Llaranes y con una empresa tan importante al lado como es Arcelor, el tema medioambiental no era una opción sino una obligación. Por ello, decidimos partir de varios ejes de trabajo: el primero era la creación de un huerto escolar en Educación Infantil para que el alumnado aprendiese a cuidar y respetar la naturaleza, y a conocer los ciclos en un entorno que nos servía para hacer muchos experimentos y plantear la educación desde una perspectiva más vivencial y competencial.
El diseño y desarrollo del huerto lo hizo en su totalidad el alumnado de 6º curso, que tuvo que poner en juego todos los conocimientos para lograr un producto final. Trabajando en equipos tuvieron que visualizar el espacio, seleccionar el lugar con más horas de sol y mejor drenaje, calcular la superficie y perímetro del área cultivable. Fue un trabajo interdisciplinar que conectaba todas las materias y un primer paso para darnos cuenta de que podíamos hacer cosas muy interesantes desde esta perspectiva de trabajo.
El @cpllaranes vigila el aire que se respira en el barrio. https://t.co/hTHvWgU0uN vía @lanuevaespana #MedioAmbiente #Llaranes #Avilés
— C.P. Llaranes (@cpllaranes) September 28, 2017
El contexto en el proyecto anterior era el patio pero habéis ido ampliando territorio.
Otro eje de trabajo fue el análisis de la calidad del aire. En Asturias hay una red muy extensa de estaciones de medición. Nosotros teníamos una en Llaranes que daba información en tiempo real de parámetros ambientales como ozono, benzeno, dióxido de azufre…Fue un trabajo muy interesante porque, a diferencia del anterior, aquí nuestra labor fue más de acompañamiento ya que tampoco nosotros teníamos claro adonde íbamos a llegar. La primera parte del trabajo consistía en realizar una recogida de datos sobre los parámetros medioambientales a diario, justo antes del recreo, para elaborar con ellos tablas. Tras 2 o 3 meses y recabar una gran cantidad de registros, vimos que era importante ver qué nos decían los números. Trasladamos las tablas a gráficas y ahí ya era más fácil interpretar cosas. En este punto, surgió la necesidad de realizar la comparativa de datos y se nos ocurrió acudir a las directrices que establece la OMS para cada uno de los parámetros. Y esa fue la última pieza del puzle. Teníamos los datos, las gráficas, y los niveles tolerables. A partir de ahí elaboramos un pequeño informe que indicaba que ni la calidad del aire era tan mala como la pintaban las organizaciones ecologistas ni tan buena como decían las administraciones. Creo que de este trabajo, el principal mensaje para el alumnado fue que en un mundo como el actual, seleccionando bien la información uno puede llegar a conclusiones fiables y propias. No es necesario que nadie nos diga como son las cosas, nosotros podemos llegar a nuestras propias conclusiones siempre y cuando tengamos datos fiables.
Y al cabo de un tiempo vuestros proyectos empiezan a tomar un cariz más tecnológico
En el tema de la ciencia estábamos empezando a entrar, pero nos faltaba la componente tecnológica. Entonces a través del CPR nos llegó una propuesta de Laboral Centro de Arte y Fundación Alcoa que estaban buscando centros de la comarca de Avilés que trabajasen por competencias. Les enviamos nuestro proyecto y fue uno de los dos seleccionados, el nuestro y el CRA Cabo Peñas. Esto nos permitió poner en marcha el medialab que es el buque insignia a día de hoy del trabajo STEAM del centro.
¿Qué es el Medialab y cómo lo utilizáis?
Es básicamente un laboratorio-taller de fabricación digital. Algo así como una evolución 2.0 del taller de tecnología. Tú pones la idea, diseñas, programas, y las herramientas tecnológicas son las encargadas de ejecutarla. Todo esto conlleva diseñar, rediseñar, testar, volver a pensar. El laboratorio se divide en cuatro zonas. A día de hoy tenemos 2 impresoras 3D, una máquina de corte láser, placas de programación Arduino y microbit y una zona de robótica. La idea es utilizar la integración de las distintas herramientas para desarrollar proyectos complejos
¿Por ejemplo?
Tenemos un proyecto muy interesante con COCEMFE Asturias. Nosotros solicitamos acompañamiento para una alumna de necesidades educativas especiales y cuando vieron el laboratorio, el medialab, se les encendió la bombilla. COCEMFE tiene un área que facilita recursos técnicos a alumnado con diversidad funcional, niños que pueden tener dificultades en la movilidad, y nos dijeron ¿nos podríais ayudar? Algo que por supuesto aceptamos y que además nos permitía crear un centro de interés para dar ese enfoque importantísimo en STEM que es que la ciencia y la tecnología tienen que estar al servicio de las personas.
Otro de los trabajos que finalizamos recientemente, iba destinado a un compañero con dificultades para cerrar la mano completamente y para el que nos trasladaron la necesidad de diseñar un instrumento que le permitiese hacer un agarre y utilizarlo como puntero. Trabajamos a partir de la medida de su palma de la mano y diseñamos un puntero con impresión 3D que permitía introducir distintos tipos de instrumentos de escritura y que se enganchaba mediante un sistema de tornillos.
¿Todo esto qué implica?
Al final es un proceso que se puede resumir en una imagen pero que realmente lleva meses. Supone diseñar en papel, tomar medidas, crear un prototipo funcional. Lo hicimos con el alumnado de 6º en el “Club Maker”, una iniciativa de carácter voluntario en la que el alumnado dedica tiempo de recreo a desarrollar esta respuesta para COCEMFE.
Otro de los proyectos en los que estamos trabajando es un semáforo visual con placas micro:bit que nos avise del volumen de un aula a través de señales luminosas. El objetivo es ayudar a compañeros de alumnos con TEA, a identificar aquellos volúmenes que pueden estar molestando a su compañero y contribuir a la regulación del ruido del aula. Este proyecto está en una fase más inicial ya que estamos teniendo algún problema con el sensor de sonido.
Tenéis mucho camino andado y un medialab muy bien equipado pero ¿qué le recomiendas a un centro que esté empezando a dar los primeros pasos? ¿Cuál es la inversión inicial?
Esa es la pregunta del millón. Todos los centros que nos visitan nos preguntan ¿Cómo se financia todo esto? Yo siempre les digo que para empezar con 1500 € es suficiente. Por lo que cuesta una pizarra digital, puedes adquirir una impresora 3d, 4-5 robots y 8-10 placas programables micro:bit.
Además del equipamiento dais mucho importancia a los espacios a la hora de impulsar el cambio metodológico.
En nuestro centro actualmente contamos con dos espacios educativos a través de los cuales estamos tratando de canalizar este cambio. Por un lado el “seta medialab”: un laboratorio de fabricación digital que sigue la filosofía maker y lleva operativo desde el pasado curso escolar y por otro, un aula del futuro en educación infantil (en desarrollo) más centrada en el concepto Future Classroom Lab de la Unión Europea.
Ambas tienen como denominador común: el fomento de procesos creativos en el alumnado a través de un enfoque interdisciplinario tipo STEAM. El medialab pone el foco en la fabricación digital, es decir, el desarrollo de productos a través del uso de herramientas tecnológicas (impresión 3d, corte láser, programación y robótica) con las que el alumnado organiza y gestiona un proyecto de principio a fin, y el aula del futuro de educación infantil en el que cobrará una mayor importancia la creación desde un punto de vista audiovisual (croma key, stop motion, realidad aumentada…) Al final, cierta inversión es necesaria, pero puede realizarse poco a poco, lo importante es tener claro que se quiere apostar por esta vía.
Pero esto no va solo de crear espacios y dotarlos de equipamiento tecnológico ¿verdad?
Yo creo que la modificación y creación de nuevos espacios en los centros, puede suponer un acicate para alumnado y profesorado, pero pasada la “efervescencia” inicial, esta transformación tiene que ir necesariamente acompañada de un cambio metodológico que sólo se puede llevar a cabo desde la formación y capacitación del profesorado. Algo que, a día de hoy, se puede abordar desde las múltiples iniciativas formativas con las que contamos, tanto a nivel de formación en centros, red de CPRs como a través de la formación a distancia. En este aspecto creo que estamos muy bien cubiertos.
Tampoco son procesos que pasen de la noche a la mañana
Claro. Nosotros estamos inmersos en ese cambio, pero es algo progresivo y que lleva tiempo. La integración del trabajo STEAM requiere una transversalidad que el curriculum no facilita porque se habla de trabajar por competencias pero nuestro documento de referencia está segmentado en áreas. Este cambio tiene que ir conjugado con la formación de profesorado en este tipo de metodologías y con el desarrollo de espacios que faciliten su puesta en práctica. No es fácil hacer que todo encaje.
¿Qué importancia tienen los equipos directivos a la hora de promover este tipo de cambio metodológico en los centros?
Personalmente creo que, si desde la función directiva se asume este liderazgo desde un punto de vista transformacional, habrá una mayor coherencia, probablemente el cambio se produzca antes y habrá más opciones para que este forme parte de la cultura de centro. Sin embargo, no considero que sea estrictamente necesario que todo el peso tenga que recaer sobre los equipos directivos. Estos pueden ser conscientes de la relevancia de estas actuaciones y actuar como facilitadores apoyando a aquellas personas que se estén responsabilizando de promover el cambio.
¿Cuál es el número de mínimo de personas para impulsar este cambio?
Es otra de las dudas que plantean los compañeros de otros centros. ¿Cuánta gente necesito para empezar con esto? Con que haya dos personas con ilusión y ganas de empezar, es suficiente. Luego se irá sumando más gente cuando vean que las cosas van funcionando. Sobre todo hay que transmitir la idea de que no hace falta ser ingeniero informático para poder usar una impresora 3D o una placa programable. En un curso de impresión de hora y media una persona es capaz de diseñar e imprimir un objeto sencillo.
Vale, eso para empezar, pero en vuestro caso que ya tenéis algo de recorrido ¿Cuánta gente está implicada?
Todos los años creamos un grupo de trabajo relacionado con el proyecto STEAM. La participación es muy alta y permite que poco a poco todo esto vaya cuajando y se convierta en cultura de centro. De las 19 o 20 personas que formamos el equipo docente, 13 o 14 estamos implicados activamente en el grupo de trabajo.
¿Cuál es el objetivo final de todo este trabajo?
Nosotros queremos que nuestra seña de identidad sea esta. Que se nos conozca como un centro que apuesta por el desarrollo científico y tecnológico desde un punto de vista cívico y crítico. Esto tiene que ir asociado y explicitado para que las actuaciones siempre tengan un componente cívico y crítico a través de enfoques de aprendizaje servicio, de cuidado y respeto por el medioambiente. Al final, hay concurso de traslados y queremos que la gente venga a trabajar aquí porque el proyecto de centro da respuesta a sus inquietudes pedagógicas. Personalmente creo que a nivel educativo vivimos un momento de incertidumbre, es extremadamente difícil adaptarse a un mundo en constante cambio en el que vivimos y quizá una de las pocas certezas que tengamos es que los grandes problemas a los que se enfrenta el ser humano solo se van a poder abordar desde el desarrollo científico y tecnológico, de ahí la necesidad de enfoques tipo STEAM en educación.
¿Con esa experiencia que vais acumulando dirías que los proyectos salen de manera más natural?
Al empezar con este tipo de proyectos se crean muchas sinergias tanto con otros centros educativos como con entidades del entorno. El último proyecto en el que nos hemos embarcado, AquaeSTEAM nos lo ofertó de la Fundación Aquae a través de Agua de Avilés. Es un programa a 3 años vista en el que participará alumnado de 2º a 6º curso. Entre sus objetivos principales, está el de contribuir a la creación de vocaciones STEM entre todo el alumnado, especialmente en las niñas. Incluye debates y actividades en las que se plantean retos relacionados con el desarrollo sostenible y el mundo del agua, que se deben resolver mediante el diseño, la programación, la construcción de prototipos y la aplicación del método científico.
👩🚀 Esta semana comenzamos el proyecto #AquaeSteam de @FAquae, en colaboración con @AytoAviles y @AguasdeAviles. Iniciativa que tiene como objetivo despertar las vocaciones científicas entre las niñas y desarrollar en el alumnado #competencias para el #sigloXXI 💡@asturias4steam pic.twitter.com/xfaz3rNUVE
— C.P. Llaranes (@cpllaranes) March 6, 2020
Precisamente publicábamos hace unos días en el blog un resumen de un estudio que analizaba el tratamiento de la competencia científica en los libros de texto y esa parte de “hacer ciencia” era la que salía peor parada.
Es fundamental ir nutriendo la necesidad de adoptar el enfoque científico en las escuelas, algo que quizás por apoyarnos en metodologías tradicionales está un poco perdido. Después de leer la entrada a la que haces referencia me preguntaba: ¿Nos influyen las editoriales a la hora de desarrollar experiencias educativas o es lo que demandamos desde los centros lo que condiciona los libros de texto? Yo creo que en el contexto escolar hay infinitas posibilidades de experimentación pero que a veces lo fácil es “tirar” de libro de texto. Creo que tenemos afrontar la educación desde una perspectiva de anchura de miras. No basta con poner el foco en los contenidos, sino en despertar sus inquietudes, su capacidad para resolver problemas, creatividad, trabajar en equipo y eso solo lo vamos a conseguir planteando experiencias educativas en sentido amplio, proyectos donde tengan que participar activamente, buscar respuestas, fallar, porque tienen que tener derecho al fallo y tienen que saber reconducir los errores. Yo creo que el cambio tiene que ir por ahí.
¿Se está dando continuidad al trabajo que hacéis cuando vuestro alumnado llega a Educación Secundaria?
Nosotros tenemos como centro adscrito el IES Ramón Menéndez Pidal y por suerte el año pasado entraron en el proyecto de Alcoa y tienen un Medialab. Es cierto que este año por cuestiones obvias no nos ha dado tiempo todavía a coordinarnos pero ahí tenemos una oportunidad muy interesante para poder dar continuidad. Lo ideal sería sentarse con las personas que coordinen ese laboratorio y crear un proyecto de transición en el que ellos sepan que estamos trabajando e incluso que nos asesoren sobre lo que van a necesitar ellos en secundaria y poder coordinarnos.
¿Habéis encontrado la fórmula para involucrar a las familias en vuestros proyectos STEAM?
Creo que es importante que las familias no solo sean conocedoras sino partícipes de las actividades STEAM que hacemos en el centro porque eso hará que las valoren aún más y puedan influir positivamente a la hora de despertar las vocaciones científicas en sus hijos e hijas. Este año me encontré con una sorpresa muy agradable. Un día se pasó una madre por el medialab y resultó que tenía una impresora 3D en casa. Se había iniciado en todo esto por su propia cuenta y a día de hoy maneja la impresión digital y el diseño vectorial mejor que nosotros. Nos cambió piezas en las impresoras y en épocas de apuro nos ayudó incluso con diseños. Tenemos una vía de colaboración abierta porque es parte del AMPA y estoy intentando convencerla para que imparta un taller de impresión 3D para familias.
¿Cuál crees que debe ser la aportación del programa Asturias4STEAM?
Una cosa que estáis haciendo realmente bien es la labor de curación y difusión de contenidos. Creo que estáis seleccionando la información de manera muy precisa. Por ejemplo, la entrada sobre el capital científico. Son contenidos muy concretos y adaptados a lo que necesitamos saber, algo que nos proporciona gran ayuda porque de lo contrario, tendríamos que intentar filtrar toda esa información por separado.
Las entrevistas son también un buen instrumento para descubrir la labor de compañeros en otros centros. Por ejemplo, conocer a Ricardo y su museo de historia natural. Es una iniciativa alucinante. A lo mejor el año que viene nos ponemos en contacto con él para visitar el museo con el alumnado de 6º.
¿Qué más cosas crees que hacen falta?
Facilitar el intercambio de experiencias es muy importante. Yo cuando fui a visitar a Nieves y a Daniel al CP San Pedro de los Arcos me encantó. De estas visitas siempre se sacan cosas muy positivas, dos o tres ideas que nosotros jamás nos habríamos planteado pero que nos vienen de cine. Este tipo de intercambios entre docentes y centros son de lo más enriquecedor porque ves cosas que te interesan y que te puedes llevar a tu terreno.
En ese sentido CP Llaranes ha sido bastante proactivo abriendo sus puertas a otros centros.
El pasado curso escolar, dentro del marco de la convocatoria de Proyectos pedagógicos para el desarrollo de competencias STEAM, llevamos a cabo la I Jornada por competencias STEAM en las que participaron 8 centros de la comarca de Avilés. El objetivo era ofrecer una primera aproximación a estas competencias a través del desarrollo de talleres y tratar de lograr un efecto contagio, proponiendo experiencias sencillas que cualquier centro y docente con un mínimo de formación, pudiera abordar. Se organizaron en torno a 4 experiencias que utilizaban referentes femeninos, tanto históricos como actuales para poner en valor la importancia de la mujer en la ciencia y la tecnología. Incluso logramos que en alguna de las jornadas, tanto María Castellanos como Itziar Sánchez, impartiesen el taller al que daban nombre. Una experiencia costosa a nivel organizativo pero muy gratificante.
¿Y me decías que había dado pie a otro proyecto?
Exacto. El día que llegó uno de los centros a visitarnos, los niños vieron que no había percheros en el laboratorio. A partir de ese momento comenzamos un proyecto para dotar de percheros al medialab. Para ello se organizaron por grupos y diseñaron varios modelos de perchero. Primero en plastilina, luego el diseño en papel con medidas. A partir de esto hicieron un prototipo a escala 1:3 en impresión 3D porque siempre les comentamos la necesidad de ahorrar material. Después trasladaron el diseño a tamaño real y por último calcularon el precio por unidad en función del material empleado.
Volviendo a las visitas, el problema suele ser encontrar la forma de institucionalizarlas.
La Consejería tiene un programa que se llama Aulas Dinámicas y que a través de una red de centros embajadores, se organizaron una serie de visitas el curso pasado. Ed Infantil tenía como embajador el CP San Pedro de los Arcos, nosotros fuimos los embajadores en Primaria y el IES Universidad Laboral en Secundaria. Un programa que permitía la participación de cinco centros por etapa educativa acompañado de formación al profesorado, visita a centros y que finalizaba con la presentación de un proyecto por cada centro participante. En mi opinión fue una experiencia que funcionó muy bien y era una buena manera de mostrar a otros centros ideas y ejemplos de proyectos y espacios educativos. Dar continuidad a este tipo de experiencias en torno al tema del STEAM puede ser muy interesante para dar un poco de velocidad a la creación de redes. Las ferias de Innovación es otro tipo de iniciativas en este sentido, hace que afloren muchas experiencias. Al final, tener proyectos diferentes de los que coger ideas facilita que la gente pierda el miedo y se anime a poner en marcha sus propias actuaciones. En Asturias hay muchos centros haciendo cosas increíbles, muchas de las cuales desconocemos. Falla la difusión. Nosotros intentamos tener mucha presencia en redes para dar a conocer todo lo que hacemos.
Para saber más
http://www.cpllaranes.es/index.php/tag/steam/